Cada instante, un reto

sábado, 8 de agosto de 2009

Abierto por vacaciones

Leer es tan difícil como tratar de comprender el significado de la vida. Tan complejo como ser sincero y no morir en el intento. Es enigmático, personal y un tanto místico. Es el amante perfecto, porque calla, escucha y observa. Porque no pregunta, pero sí responde.
Leer es un placer, quizá el más desaprovechado que existe. Es el crimen perfecto para cualquier asesino de lectores o, más bien, de pseudolectores que buscan consuelo en el topten de El Corte Inglés, y que quieren hacer saber al mundo que saben que saben.
Leer es disfrutar pensando y tratando de comprender los sueños. Los propios y los ajenos. Leer es rumiar, y darle mil vueltas a todo aquello que posee alas pero no sabe volar. “Rumio, luego existo”. Y quien no rumia es porque no quiere. Que medios hay de sobra. Pero es más fácil vociferar y gritar a los cuatro vientos que Maquiavelo fue un cínico, un desalmado y un fanático de la violencia, antes que sumergirse en el fin que justificó los medios del Príncipe que lo leyó.
Para todos los que rumian, existen, leen y van más allá de los best-sellers.

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