Una botella de Lambrusco para brindar por los buenos momentos. Un Ferrari aparcado en la puerta para aparentar lo que no somos. Una botellita de Vinagre para aliñar la vida de los que se limitan a destruir ilusiones.
...y un puñado de sonrisas para celebrar que el futuro se convierte en gloria cada vez que hacemos planes.
Que tiemble Italia.
jajajaja Vinagre de Módena, Lambrusco y un Ferrari...menuda combinación!!! más que sonrisas, Italia se nos quedará pequeña...
ResponderEliminarPuede ser todo taaaaaaaaaaaaaaaaaaan grande!
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