Cada instante, un reto

lunes, 13 de abril de 2009

Con cariño, Lola

Hace ahora un año y medio, me encontré con Lola por casualidad. Hoy, desgraciadamente, compartimos algo más que un capricho del destino.


“Se llama Lola y tiene historia aunque, más que historia, sea un poema”. Año 2002. La triste historia de Lola se convierte en la gran alegría de los hermanos Quijano y su carrera musical está asegurada. Ese mismo año, Andrés se independiza. Por fin, con 32 años, su salario le permite comprar una vivienda de 50m². También, Ernesto inaugura su propia inmobiliaria después de dos décadas vendiendo pisos para una de las grandes del sector.
El futuro pinta genial. Una retahíla de conciertos y dinero suficiente para vivir seis vidas. “¿Qué más se puede pedir?”, piensan los Quijano mientras buscan a Lola en el bar de turno. Para Andrés, será más complicado. Su independencia le ha costado un poco cara. “Hipotecado hasta los 70. Espero que valga la pena”, murmulla mientras camina hacia la oficina. Ernesto parece más convencido, “mi familia confía en mí y no pararé hasta convertir mi empresa en un referente”.
Un año después de iniciar sesión, los Quijano, Andrés y Ernesto se sientan ante el televisor. La Comisión Europea da el primer aviso: “Señoras y señores, Lola existe y su historia es más triste de lo que, en un principio, parecía”. Ha llegado el fin. Temblores. Lágrimas. Esperanza. “Los medios son unos exagerados, seguro que no es para tanto”, dice Andrés mientras abre las cartas del banco. “Si es tan malo como lo pintan, seamos optimistas: hemos pasado por situaciones peores, seguro”, comenta Ernesto.
Año 2007. Viaje al futuro aquel que pintaba tan bien. La situación económica del país es maravillosa para unos, insostenible para otros. Llegar a fin de mes se ha convertido en un deporte de riesgo, comprar un piso, en una utopía. En tan solo cinco años, el endeudamiento de los españoles se ha triplicado y el precio de la vivienda se ha multiplicado por seis. Algo huele mal. Marbella ya ha sucumbido ante los encantos de tan bella mujer. Llanera y Astroc, enfermas de amor. ¡Ay Lola, quién será el próximo!
Los promotores españoles se muestran reacios a todo pronóstico, pero se preparan para tu puesta de largo. Dicen que 2008 será tu año estelar, por eso corrigen sus estrategias comerciales para sobrevivir a la hecatombe. La realidad es que atraídos por los suculentos beneficios que ofrece el mercado de la vivienda (sobrevaloración del precio del inmueble del 35%), el sector inmobiliario español superó las 800.000 viviendas construidas en un año. Cuanto menos, exagerado. Pero, “si España está saturada, nos vamos al quinto pino a airear las cuentas”. Empresas como ACS, OHL, Acciona o Ferrovial ya han comenzado su huida a EEUU, Asia, Gran Bretaña e Iberoamérica.
España ya no es la gallina de los huevos de oro. En Andalucía, por ejemplo, se están construyendo el doble de viviendas que demanda puede haber, y la subida de precios se sitúa en el 10% anual. Cuanto menos, alarmante.
El auge del turismo abrió las puertas a la tierna Lola y esta será quien las cierre a miles de empresas. Constructores, fontaneros, electricistas,…un 13% de la población activa de España trabaja en el sector inmobiliario. ¿Qué pasará con ellos cuando Lola se ponga a llorar? “El chaparrón está por llegar”, dice Ernesto, “he visto vender edificios enteros en Murcia en menos de 24 horas y eso no puede ser bueno”. Para Andrés, el futuro es aún más incierto, “Con 1500 euros al mes no puedo vivir. ¡Está todo por las nubes!”.Llegados a este punto la pregunta es ¿quién es Lola? Es la madre de la subida de los tipos de interés, del exceso de oferta y del 30% de pisos vacíos. Lola es, para el Wall Street Journal, “quien devolverá a España a la mediocridad del pasado”. Señoras y señores, les presento a Lola, la famosa burbuja inmobiliaria. Encantada de conocerte.
Belén Sandoval. Publicado en Ciudad de Alcoy el 27 de abril de 2006.

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