Cada instante, un reto

sábado, 18 de abril de 2009

Sólo tú


¡Hola niña! Soy yo, quién tú sabes. Me has dicho que tengo poco espacio, así que seré breve y trataré de no dejar nada en el tintero. ¡Qué difícil!
Realmente no sé de qué hablarte porque tus nueve años han dado para mucho, sí, pero aún conservas lo que yo más añoro. Eres niña y eso, hoy en día, créeme, no tiene precio.
Ojalá pudiera volver atrás para poder revivir mis nueve años sabiendo lo que sé ahora. A veces pienso que tú has crecido demasiado rápido, que ya eres mayor, que ya sabes pensar. Y me asusto. Me asusto porque ya nunca volveré a ser una niña ni podré volver a disfrutar del no-saber; y me asusto porque sé que tú también dejarás de serlo y empezarás a entender esas cosas de mayores que nunca te quieren explicar. Créeme, es mejor no entender nada.





Acabo de releer todo lo que te he escrito hasta ahora y…estoy siendo demasiado pesimista. ¡Ah! Pesimista es una persona que siempre piensa en lo malo de las cosas.
Bueno, volvamos al tema. Ahora todo te sonará a chino, pero, en unos años, entenderás todas las palabras que aquí te escribo y entenderás el porqué, que es lo más difícil de entender en esta vida que nos ha tocado vivir.
Si me permites, voy a pedirte un favor: No cambies nunca. Eres inteligente, eres simpática, eres alegre, eres atenta, eres…eres todo, Blanca. Y, si lo sabes y lo utilizas, llegarás muy lejos. Cuando tengas mi edad (estoy casi en los 20), te darás cuenta de lo importante que es QUERERTE y VALORARTE. Sé que serás lo que quieras ser, llegarás dónde quieras llegar, estarás con quién quieras estar y soñarás lo que quieras soñar.



Ya he leído algunas dedicatorias y, voy a quedarme con una de las frases que más te han repetido: “Como dice tu nombre, sé blanca y clara allá dónde vayas”. Yo añadiré algo más… SÉ LUZ, ilumina el camino de aquel que lo necesite, porque, no olvides nunca que, los que te quieren te necesitan y que tú los necesitas a ellos. Seré más clara y hablaré por mí: Yo te necesito como el aire que respiro y espero que, algún día, pueda oír de tu boca que tú también me necesitaste, que tú también me necesitas o que tú también me necesitarás.
Te contaré un secreto. Todas las mañanas, cuando oigo el despertador y abro los ojos, me pregunto si tengo motivos para levantarme, para empezar un nuevo día. Esto te seguirá sonando a chino porque son reflexiones que tú tardarás en hacer. Pero, quería decirte que, cada mañana, al hacerme esta pregunta, escucho siempre la misma respuesta: “mi razón de ser y mis ganas de vivir tienen nombre propio…TÚ”. Tú eres la que me da fuerzas para luchar por mis sueños. Tú eres mi alegría. Tú eres tantas cosas…que jamás podré expresarlas con palabras.


En fin, niña, creo que no he cumplido mi promesa de ser breve. Lo siento. Como te he dicho al principio, hay cosas muy complicadas de resumir.
Si me permites, trataré de hacerlo en pocas palabras que, aunque te parezcan simples, quieren decir mucho: TE QUIERO y GRACIAS POR EXISTIR.


Junio de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario